El precontrato de trabajo es empleado por muchas empresas en España tanto para atraer talento nacional como incluso extranjero.
Normalmente, el precontrato se realiza cuando una empresa le hace una oferta de trabajo a una persona que en ese momento trabaja en otra entidad con el fin de ganarse su confianza y de “asegurarle” el puesto de trabajo.
¿Qué es un precontrato laboral y cuáles son sus características?
Se conoce por precontrato el compromiso formal de las partes (empresa/trabajador) de celebrar un contrato laboral. Basta la concurrencia de la oferta y aceptación de unas condiciones de trabajo cuyo incumplimiento puede dar lugar a indemnización por daños y perjuicios.
Hablamos de una figura en la que las dos partes se comprometen a cumplir una serie de obligaciones, a pesar de que no estemos hablando propiamente de un contrato de trabajo “definitivo”.
El precontrato laboral proporciona seguridad a la empresa, pues de esta manera evita que el futuro trabajador dé marcha atrás si recibe una contraoferta de trabajo de otra organización.
Diferencias entre una oferta de trabajo y un precontrato
Tal y como hemos introducido, la finalidad de un precontrato es celebrar un futuro contrato laboral que, por determinadas circunstancias, no se quiere o no se puede formalizar en ese momento.
Por el contrario, la oferta de trabajo es la declaración unilateral de una voluntad, que no es otra que firmar un determinado contrato. La oferta de trabajo ha de ser completa, debe contener los elementos esenciales del contrato, característica que no se da en el precontrato.
Otra de las diferencias entre ambas figuras es que la oferta tiene un carácter unilateral mientras que para exista un precontrato es necesario la voluntad tanto de la empresa como la del trabajador.
Es decir, podríamos decir que el precontrato va más allá de la oferta: se trata del resultado de ofertas que derivan en una serie de propuestas por ambas partes que, finalmente, son aceptadas tanto por la empresa como por el trabajador.
No todo son diferencias entre ambas figuras laborales, también tienen características en común: ambas preceden en el tiempo al contrato de trabajo ordinario.
No obstante, en la vida real, en ocasiones es complicado diferenciar cuándo nos encontramos ante un precontrato de trabajo y cuándo ante una oferta laboral.
¿Cuándo no estamos ante un precontrato de trabajo?
No hay una forma 100% objetiva de saber cuándo estamos ante un precontrato o ante una oferta. Por ello, es relativamente común que surjan disputas entre la empresa y el trabajador.
A continuación, mostramos unos ejemplos de situaciones en las que los tribunales han determinado que no estamos ante un precontrato de trabajo:
- La mera manifestación de intenciones no puede considerarse precontrato.
- Una declaración unilateral de la intención de celebrar un determinado contrato, sin que exista concurrencia de la voluntad de las partes.
- Una mera promesa de contratación.
- Decirle verbalmente a un candidato que finalmente es el escogido para un puesto de trabajo.
Por el contrario, sí se considera un precontrato, por ejemplo, el acuerdo que contiene las líneas básicas y todos los requisitos exigidos para la validez del contrato futuro, por lo que es el resultado de las ofertas y propuestas de las partes y de las aceptaciones reciprocas.
¿Qué ocurre si se incumple un precontrato laboral?
Si es la empresa quien lo incumple, la persona trabajadora podría pedir una indemnización por los daños y perjuicios debido a los gastos que hayan podido incurrir.
Si, por el contrario, es la persona física la que incumple el precontrato, la empresa también podría reclamar daños y perjuicios por los posibles beneficios perdidos.
El plazo para reclamar el incumplimiento del precontrato es de un año desde el hecho que haya causado su ruptura.
Precontrato de trabajo para extranjeros
El precontrato laboral también puede darse en trabajadores extranjeros. En general, el precontrato será válido cuando el trabajador cumpla la condición de obtener la autorización de residencia y trabajo y cuando el empresario le dé de alta en el sistema de la Seguridad Social.
El proceso no siempre es el mismo para cada empleado, por lo que lo recomendable es contactar con los servicios de una Asesoría de extranjería.
Datos a incluir
En general:
- La fecha prevista para el contrato de trabajo que se formalizará en el futuro.
- Los datos de identificación tanto de la empresa como del trabajador.
- El puesto de trabajo y las funciones a realizar.
- La propia naturaleza del contrato: ¿será indefinido, temporal…?
- Las condiciones laborales: salario, jornada, vacaciones…
- Posibles cláusulas que se puedan aplicar (como la de no competencia o exclusividad):
- Cualquier otro dato que tanto la empresa o el trabajador quieran incluir
¿Cómo hacer un precontrato laboral?
Existen dos formas principales de establecer un precontrato de trabajo: por escrito o verbalmente (aunque se desaconseja optar por la forma verbal ya que puede acarrear problemas porque es difícil de demostrar).
En este sentido, hay que tener en cuenta que una promesa verbal de contratación no es considerada como un precontrato y no supone la obligación de formalizar el contrato de trabajo en un futuro.
Al tener el precontrato por escrito se fijan los detalles. Además, aparecen las firmas de ambas partes, por lo que podría servir como prueba en caso de posibles problemas que pudieran surgir.
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