Enfrentar una inspección fiscal puede generar incertidumbre, pero una preparación adecuada y un enfoque preventivo marcan la diferencia entre un proceso complicado y uno que se resuelve con facilidad. A continuación, exploramos los aspectos clave que toda empresa debe tener en cuenta para gestionar una inspección fiscal sin contratiempos. Antes, pero, es importante conocer el objeto, el órgano responsable y las fases que constituyen este servicio.

 

Más información

 

Procedimiento inspector de comprobación e investigación

El artículo 145 de la Ley 58/2003, que es Ley General Tributaria (LGT) declara que el objetivo del procedimiento de inspección es comprobar e investigar el adecuado cumplimiento de las obligaciones tributarias de la empresa contribuyente y proceder, en caso de que sea necesario, a la regularización de su situación tributaria mediante la práctica de una o varias liquidaciones.

  • Se entiende como comprobación verificar y contrastar la información que el contribuyente ha proporcionado en sus declaraciones tributarias.
  • Se entiende como investigación indagar más allá de lo declarado por el contribuyente para detectar posibles irregularidades.

Órgano responsable

Corresponde a la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) iniciar un procedimiento de inspección. La ley determina que el procedimiento se puede iniciar de dos maneras:

  • De oficio, que significa que la Administración Tributaria decide iniciar el procedimiento por su propia iniciativa. Esto ocurre cuando, tras un análisis o revisión, la Administración considera necesario verificar la correcta aplicación de las obligaciones tributarias por parte del contribuyente.
  • A petición del contribuyente, que puede solicitar una inspección de carácter general, que se inicia en el plazo de 6 meses desde la solicitud.

Fases del procedimiento de una inspección fiscal

El artículo 150 de la LGT decreta que las actuaciones de un proceso inspector deben concluir, con carácter general, en el plazo de 18 meses. Un periodo que consta de distintas etapas:

  • Inicio: la ley establece que, al inicio del procedimiento de inspección, la Administración debe informar al contribuyente sobre la naturaleza y el alcance de la inspección, así como sus derechos y obligaciones durante el procedimiento.
  • Tramitación: la Agencia Tributaria recopila la información, analiza la documentación y, siempre y cuando haya un incumplimiento de obligaciones tributarias, se procede a la emisión de las actas que contienen propuestas de regularización.
  • Terminación: se acepta la propuesta o se presentan alegaciones de disconformidad, para terminar con la liquidación, que es el cálculo de la deuda tributaria.

 

Organización documental: el primer paso hacia la tranquilidad

Uno de los pilares fundamentales para afrontar cualquier revisión fiscal es disponer de una documentación completa y bien organizada. Facturas, contratos, recibos, libros contables y cualquier otro registro relacionado con la actividad de la empresa deben estar actualizados y almacenados de manera accesible.

Además, es recomendable realizar revisiones periódicas de los registros contables para identificar posibles inconsistencias antes de que lo hagan los inspectores. Una contabilidad bien llevada no solo facilita las inspecciones, sino que también refleja la profesionalidad de la empresa.

 

Cumplimiento normativo: evitar problemas antes de que surjan

Cumplir con las obligaciones fiscales no solo es una cuestión legal, sino una herramienta de prevención clave. Las empresas deben asegurarse de:

  • Presentar las declaraciones en tiempo y forma.
  • Aplicar correctamente las deducciones fiscales.
  • Mantenerse al día con los cambios en la normativa aplicable a su sector.

El cumplimiento regular es una de las mejores formas de demostrar transparencia y minimizar el riesgo de sanciones o requerimientos adicionales durante una inspección.

 

Preparación previa: simulaciones y auditorías internas

Una de las estrategias más efectivas para reducir el estrés de una inspección es realizar auditorías internas periódicas. Estas revisiones permiten detectar posibles errores o áreas de mejora antes de que sean señaladas por los inspectores.

Otra práctica útil es realizar simulaciones de inspecciones, en las que se analicen los puntos que podrían ser objeto de revisión, como la correcta aplicación del IVA o la justificación de gastos deducibles. Este ejercicio ayuda a estar preparado y a responder con agilidad ante cualquier requerimiento.

 

Gestión de la comunicación durante la inspección

Cuando la inspección fiscal está en marcha, mantener una comunicación clara y ordenada es crucial. Es importante:

  • Proporcionar solo la información solicitada.
  • Responder de manera precisa y sin ambigüedades.
  • Solicitar aclaraciones si alguna petición no es comprensible.

El objetivo debe ser cooperar con los inspectores, garantizando que el proceso se desarrolle de forma ágil y profesional.

 

✅​ El respaldo experto: la diferencia entre la incertidumbre y la seguridad

Afrontar una inspección fiscal puede ser un desafío, especialmente para empresas que no cuentan con personal especializado en esta área. Una asesoría profesional no solo prepara a la empresa de antemano, sino que también asiste durante todo el proceso, ofreciendo soporte técnico y representando a la empresa ante las autoridades fiscales.

Desde Adlanter, te garantizamos un enfoque integral y personalizado para gestionar inspecciones fiscales con total tranquilidad para tu empresa. Con un equipo experto y herramientas avanzadas, ayudamos a las empresas a afrontar estos procesos de forma segura y eficiente, asegurando el cumplimiento normativo y protegiendo sus intereses.

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