El 8 de marzo no solo es un día de conmemoración, sino también es una fecha clave para reflexionar sobre el rol esencial que desempeña la mujer en cada ámbito de la vida. En el mundo laboral, su participación ha crecido de manera significativa en las últimas décadas, derribando barreras y desafiando estereotipos. Sin embargo, aún persisten desafíos como la brecha salarial de género en sectores tradicionalmente dominados por hombres. En el ámbito de las asesorías jurídicas, la presencia femenina ha aumentado considerablemente, y su impacto es innegable. Las mujeres no solo han consolidado su papel en áreas como la consultoría legal, fiscal, contable y laboral, sino que también han logrado ocupar puestos de alta dirección, contribuyendo al cambio de modelo dentro del sector. Pero ¿cómo ha evolucionado realmente la igualdad en este campo? ¿Qué retos siguen pendientes? Y, sobre todo, ¿qué se está haciendo para garantizar un futuro más equitativo?

El pasado 22 de febrero comentamos los retos de la igualdad salarial en España. Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, analizamos el progreso, las oportunidades y el compromiso del sector jurídico con la igualdad de género.

 

Un sector en transformación

A pesar del progreso notable en los últimos años, la igualdad de género en el sector jurídico en España siempre ha sido objeto de decisiones y debates que aún subrayan la necesidad de un compromiso firme con la equidad. Aunque no siempre se ha actuado con la misma intensidad, la voluntad de las instituciones de pronunciarse y tomar cartas en el asunto parece permanecer intacta. En este contexto, se debe tener en cuenta el marco normativo internacional y nacional que fundamenta el principio de igualdad y la no discriminación. Naciones Unidas ya se pronunció en 1948 en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En su artículo 1, que establece que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, se reconoce la necesidad de garantizar la igualdad entre hombres y mujeres en todos los sectores, incluido el jurídico. Por otro lado, en el plano nacional, la Constitución Española de 1978 refuerza el principio de igualdad y no discriminación en el artículo 14, que afirma que “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de sexo».

Estos sólidos marcos legales sentaron los fundamentos para una implementación efectiva de la igualdad de género y son, en parte, responsables de los datos positivos de la actualidad. Sin ir más lejos, según un estudio longitudinal de 2022 elaborado por la unidad legal de la International Bar Association, el 54% de los profesionales del derecho son mujeres. El informe sostiene que el sector público es el ámbito con mayor presencia femenina en la profesión jurídica, con un 62% de abogadas entre sus filas. En el poder judicial, la representación de mujeres desciende al 56%, mientras que en los despachos de abogados la cifra se reduce aún más, situándose por debajo del 46%, el porcentaje más bajo dentro del sector.

Sin embargo, en el ámbito de las asesorías jurídicas, la representación femenina es superior. En Adlanter, por ejemplo, las mujeres constituyen el 68% de la plantilla, un dato que recoge su Memoria Corporativa de 2023. Una menor barrera de entrada o mayor flexibilidad laboral pueden ser factores clave que expliquen este dato. Por un lado, estos entornos suelen ofrecer mayor estabilidad laboral y opciones de conciliación que otros ámbitos del sector legal. También influyen el acceso más equitativo a las oportunidades de promoción y la valoración de habilidades transversales como la comunicación y la gestión de clientes.

 

El techo de cristal en los cargos directivos

A pesar de que los datos del informe realizado por la International Bar Association y obtenidos a partir de una encuesta a entidades jurídicas españolas denotan avances en cuanto a paridad, los porcentajes caen al hablar de mujeres en puestos de responsabilidad. Solo el 31% de las mujeres ostentan cargos directivos en el conjunto de la profesión jurídica de España. De la misma manera que con las cifras generales, el sector público tiene la mayor proporción de mujeres abogadas en cargos de responsabilidad (un 38%). Le siguen la judicatura con un 37% y los despachos de abogados, que con un 28% registran el porcentaje más bajo.

En las asesorías jurídicas, la situación es similar: si bien el número de mujeres que forman parte del sector ha aumentado, la representación femenina en puestos de liderazgo sigue siendo insuficiente. Aunque algunas asesorías han logrado avances, las mujeres continúan infrarrepresentadas en los máximos órganos decisorios. Un ejemplo positivo lo encontramos en Adlanter, donde la igualdad de oportunidades es una realidad tangible: la mitad de los miembros que forman el Comité de Dirección son mujeres. Pero ¿a qué se debe la distribución desigual en términos de jerarquía o responsabilidad en el sector? El denominado techo de cristal es un gran obstáculo que enfrentan las mujeres en el trabajo. Factores como la carga desproporcionada de responsabilidades domésticas, que sigue recayendo mayoritariamente en las mujeres, limitan su acceso a roles de mayor exigencia laboral en entidades jurídicas. Sobre todo, se frena el ascenso en aquellas empresas que aún valoran la disponibilidad absoluta o la presencialidad prolongada.

 

El impacto del sesgo de género

El techo de cristal es una realidad que, especialmente en los grandes despachos, parece que no se aborda con la contundencia necesaria. Los estereotipos que caracterizan el sector jurídico refuerzan el sesgo de género perpetuando la desigualdad en los cargos de responsabilidad. Según los participantes del estudio sobre la Igualdad en el Sector Legal de 2022 promovido por el Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona en colaboración con la Fundación Wolters Kluwer, se premian habilidades tradicionalmente asociadas a los roles masculinos. El estudio afirma que existe una asignación por defecto de determinadas habilidades que se consideran necesarias para el ejercicio profesional en función de si se es hombre o mujer. A modo de ejemplo, se presume que los hombres son más agresivos en una negociación y, por tanto, pueden defender mejor los intereses del cliente para ganar un pleito. Estos prejuicios, que asocian a los hombres con características de autoridad y competencia, mientras que a las mujeres se les vincula con roles de apoyo o menos decisivos, contribuyen a prolongar la desigualdad en los cargos de responsabilidad.

En el sesgo de género puede residir una de las principales diferencias entre la situación de la mujer en las asesorías jurídicas y en el resto del sector. Y es que tal como indica el estudio, este fenómeno provoca que muchas abogadas opten por abandonar su carrera en los despachos para incorporarse a alguna asesoría jurídica donde se sientan más reconocidas.

 

Hacia un futuro más igualitario 

Es evidente que los centros de trabajo del sector jurídico hacen un seguimiento de la igualdad de género. Los datos sobre el porcentaje de mujeres en el sector, que siguen una tendencia positiva, reflejan una nueva realidad. Pero también es indudable que aún queda mucho por hacer en ámbitos como los puestos de responsabilidad. Las iniciativas de representación por género más populares en el sector son el trabajo flexible y el establecimiento de objetivos para puestos de responsabilidad. Adlanter también promueve formaciones de liderazgo para mujeres y sobre sesgos inconscientes. Es fundamental que se sigan implementando iniciativas que aborden de manera integral los retos que aún persisten.

Otro paso crucial es la promoción de la educación y formación en igualdad de género. Programas de sensibilización en las escuelas de derecho y en los espacios laborales pueden contribuir a erradicar estereotipos y sesgos de género que aún influyen en la asignación de tareas y responsabilidades dentro de los equipos legales. Asimismo, es vital seguir fomentando la visibilidad de modelos femeninos de liderazgo en el sector, mostrando que las mujeres pueden ocupar cargos directivos sin renunciar a su identidad profesional.

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